¡Buenos días!
A lo largo de esta semana vamos a tener presente a diferentes mujeres de la Iglesia.
Mary Ward. Es muy difícil reducir en unas líneas la gran labor que esta religiosa realizó. Actualmente varias teólogas feministas la toman como referencia. Es importante considerar que esta es una de las mujeres que abrieron el camino aperturista dentro de la Iglesia Católica.
Nacida en Mulwith, en 1585, fue una religiosa
católica de origen inglés que luchó por la educación de las niñas, y tuvo una
visión innovadora para las religiosas:
una propuesta de vida activa fuera de la clausura de los conventos, algo
impensable para la época. Mary Ward es la fundadora de dos congregaciones:
el Instituto de la Bienaventurada Virgen María y la Congregatio Jesu.
Nació
en un periodo de persecución a los católicos por parte de la Iglesia anglicana.
Se negó a la boda que las costumbres de la época le deparaban y decidió seguir
el camino de la vida religiosa, lo que suponía abandonar su país.
Así
lo hizo, y con tan solo 24 años marchó a Francia, donde entró a formar parte de
la orden de las clarisas. Sin embargo, algo en su interior le decía que estaba
llamada a «algo distinto», por lo
que terminó por abandonar la orden.
Al
poco tiempo, junto a otras compañeras, fundó en Saint Omer un colegio dedicado
a la educación de las niñas, pero el
papel que ella proclamaba para las mujeres en la sociedad no fue aceptado ni
comprendido. En 1611 consideró que debía «tomar las mismas constituciones de la
Compañía de Jesús», tal y como recoge en sus escritos, proponiendo un
apostolado sin clausura y sin coro, al igual que los jesuitas.
Entre
sus cartas, también dejó escrito: «No
existe tal diferencia entre hombre y mujer (…) Hasta ahora, los hombres nos han
dicho lo que nosotras debíamos creer. Es verdad que nosotras debemos creer lo
que nos dicen; pero permítasenos no ser tontas, y saber lo que nosotras debemos
creer, sin aceptar bobamente que las mujeres no podemos llevar a cabo nada
grande. Más todavía. Yo espero en Dios que en el futuro se han de ver mujeres
realizando grandes cosas».
Cabe destacar que murió en la pobreza y con un aparente fracaso de su obra. Su reconocimiento no llegaría hasta la segunda mitad del siglo XIX: en 1877 el Instituto fue de nuevo aprobado, y en 1909 se permitió a Mary Ward recibir el nombre de fundadora. La Iglesia proclamó a Mary Ward «Venerable» en 2006. Fue reconocida como una mujer profética de «indudable virtud heroica» cuatro siglos después de que su Instituto fuera suprimido y ella, encarcelada. Además, el 19 de diciembre de 2009, Benedicto XVI promulgó oficialmente el Decreto que reconoce la ‘virtud heroica’ demostrada por Mary Ward y le confirió el título de ‘Venerable’. En 2015, el Papa Francisco viajó a Cuba, donde le presentaron, a través de un niño pequeño, una carta pidiendo la beatificación de Mary Ward. Dicen que el Papa respondió al niño: «Yo quiero que Mary Ward sea beatificada y Dios quiere que Mary Ward sea beatificada».
Rezamos
juntos un AVE MARÍA por todos los que siguen trabajando por las mujeres y para
que su voz se haga oír dentro de la Iglesia católica.
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