Buenos
días!
Hoy vamos a comenzar leyendo este cuento:
“Construyendo equipo, construyendo futuro”
“Cuentan
que a media noche hubo en la carpintería una extraña asamblea. Las
herramientas se habían reunido para arreglar diferencias que no las
dejaban trabajar.
El
Martillo pretendió ejercer la presidencia de la reunión pero
enseguida la asamblea le notificó que tenía que renunciar:
– No
puedes presidir, Martillo – le dijo el portavoz de la asamblea –
Haces demasiado ruido y te pasas todo el tiempo golpeando.
El
Martillo aceptó su culpa pero propuso:
– Si
yo no presido, pido que también sea expulsado el Tornillo puesto que
siempre hay que darle muchas vueltas para que sirva para algo.
El
Tornillo dijo que aceptaba su expulsión pero puso una condición:
– Si
yo me voy, expulsad también a la Lija puesto que es muy áspera en
su trato y siempre tiene fricciones en su trato con los demás.
La
Lija dijo que no se iría a no ser que fuera expulsado el Metro.
Afirmó:
– El
Metro se pasa siempre el tiempo midiendo a los demás según su
propia medida como si fuera el único perfecto.
Estando
la reunión en tan delicado momento, apareció inesperadamente el
Carpintero que se puso su delantal e inició su trabajo. Utilizó el
martillo, la lija, el metro y el tornillo. Trabajó la madera hasta
acabar un mueble. Al acabar su trabajo se fue.
Cuando
la carpintería volvió a quedar a solas, la asamblea reanudó
la deliberación. Fue entonces cuando el Serrucho, que aún no había
tomado la palabra, habló:
– Señores,
ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero
trabaja con nuestras cualidades. Son ellas las que nos hacen
valiosos. Así que propongo que no nos centremos tanto en nuestros
puntos débiles y que nos concentremos en la utilidad de nuestros
puntos fuertes.
La
asamblea valoró entonces que el Martillo era fuerte, el Tornillo
unía y daba fuerza, la Lija era especial para afinar y limar
asperezas y observaron que el Metro era preciso y exacto. Se
sintieron un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se
sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
¿Nos
ha hecho reflexionar este cuento?
Debemos
ser conscientes de la importancia del trabajo en equipo y debemos dar
gracias por lo que aportamos cada uno de nosotros a él.
¡María
Auxiliadora de los cristianos…!
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