Y si hablamos ya no del amor de pareja, sino del amor a los demás, a todos ¿hasta dedicar tu tiempo libre a una ONG? ¿hasta manifestarte por los derechos de los más indefensos? ¿hasta hacer campaña por una causa solidaria? ¿hasta regalar tus bienes a los más pobres?...
¿Cuál es la medida del amor?
En el Jueves Santo se celebra la instauración de la eucaristía, del sacerdocio y el día del amor fraterno. En la celebración de ese día se rememora la última cena y en un momento se recuerda el lavatorio de los pies. Jesús en la última cena se puso a lavar los pies a sus discípulos, en el contexto en el que vivió Jesús esa era una tarea indigna, y Jesús la hace para mostrar a sus discípulos que el amor lleva a ponerse a los pies del otro, a estar a su servicio, a estar dispuesto a hacer cualquier cosa por el otro.
Dice así el evangelio de ese día:
Jesús, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.»
Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.» Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.»
El Papa Francisco lleva años realizando esta celebración en prisiones y hospitales, lavando los pies a los más humildes, apartados y necesitados de la sociedad, como signo de lo que debe ser el estar dispuesto a seguir a Jesús.
Repito la pregunta del principio, ¿Hay medida para el amor? ¿Se puede poner nota al amor? ¿Cuánto ama una persona?. Y personificando:
¿qué nota te pondrías?
¿amas a los demás?
¿qué te diría Jesús?
¿conoces a alguien que ame con un 10?
Dejamos unos minutos de silencio para pensar en esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario