¡Buenos días!
Vamos a leer el
Evangelio de este domingo. Intenta escucharlo sin prejuicios, deja
que Jesús te hable y encuentra en sus palabras un mensaje de ayuda,
dirigido expresamente a ti.
“En
aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
–Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador.
A todo sarmiento mío que no da fruto lo poda para que dé más fruto.
Vosotros estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él; ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.
Al que no permanece en mí, lo tiran fuera, como al sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.”
–Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador.
A todo sarmiento mío que no da fruto lo poda para que dé más fruto.
Vosotros estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él; ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.
Al que no permanece en mí, lo tiran fuera, como al sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.”
REFLEXIÓN:
¿Alguna vez te has
propuesto ser perfecto en todo lo que haces?
Si lo has conseguido…
¡dinos cómo!
Si no, no tienes por qué sentir frustración. En
todos y cada uno de nosotros, también en ti, hay una parte
maravillosa y el mundo necesita que salga a la luz. Claro que también
hay otras cosillas que siempre podemos mejorar.
Tú decides qué aspectos de ti mismo
convendría cambiar o dejar atrás, como los sarmientos de la vid. Tú
decides qué parte de ti quieres que dé fruto y se multiplique. Haz
que lo mejor de ti mismo crezca, y compártelo con los demás.
¡Feliz
fin de semana!
Buenos Días elaborados por la Comisión de Deporte
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