¡Buenos días!
¿Qué tal ha ido la semana? Ya estamos a viernes y hoy, vamos a leer el Evangelio del domingo.
Lee con atención:
Evangelio según San Marcos 9, 30-37:
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se entera se, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaúm, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?» Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.» Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»
¿Qué te sugiere la Palabra? Haz una lluvia de ideas con tu clase; aquí te dejamos algunas pinceladas que te pueden ayudar a reflexionar.
A menudo, en nuestra vida diaria, podemos sentir la presión de ser los mejores, los más populares o los más exitosos. Pero Jesús nos recuerda que la verdadera importancia no se mide por el estatus o el reconocimiento, sino por nuestra disposición a ayudar a los demás.
Cuando los discípulos discuten sobre quién es el más importante, Jesús les da un giro inesperado: el que quiera ser el primero debe ser el último y el servidor de todos. Acoger a los más pequeños y vulnerables es una forma de acoger a Dios. ¿Y tú, cómo acoges a Dios, cómo ayudas a los demás y sobre todo, a los más vulnerables?
Hoy, os proponemos evitar competir por ser el número uno e intentar enfocarnos en ser un apoyo para nuestros amigos y ayudar a quienes nos rodean. Recuerda que la verdadera grandeza está en el amor y el servicio. ¡Eso es lo que realmente importa!
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
