Este adviento ha sido similar a un bonito viaje en autobús, donde se nos ha invitado a estar despiertos,
a decir sí, a convertirnos a bendecir (a decir bien).
En él hemos ido disfrutando de todos y cada uno de los pasajes sobre los que hemos reflexionado y
en los que hemos descansado. Esta es la última parada, el cuarto domingo se sitúa previo a celebrar
la Navidad. Vivimos con gozo estos días previos al gran acontecimiento. Somos Iglesia en
camino. Tenemos un destino. Viajamos juntos,
con otros hermanos, porque formamos fraternidad.
Si todavía hay alguien que no ha subido a este autobús, preparaos, aún estamos a tiempo.
Recordamos que somos peregrinos de esperanza. Estamos alegres porque Jesucristo es caridad.
Es nuestra luz, nuestra fe, nuestra esperanza.
Por todo ello, hoy oramos con esta canción.
Como María, esperamos a Jesús con humildad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario