¿Sabes qué es un santo o una santa? Pues una persona como tú
o como yo pero que deja pasar a través de ella el amor de Dios, la luz de Dios.
Hoy vamos a presentar a Eusebia que nació en un pueblo de
Salamanca llamado Cantalpino, el mismo
pueblo donde ha nacido S. Mayte Blázquez
o S. Teresa Pinto a las que conocéis.
Su familia era tan pobre que tuvo que ir con su padre pidiendo
comida por los pueblos. Pero Eusebia era
feliz de acompañar a su padre y de disfrutar de la naturaleza. Era una familia
pobre pero rica de alegría y de amor a Dios.
En cuanto pudo se fue a Salamanca a trabajar cuidando niños
primero y después en la cocina del colegio de las salesianas que tenían
chicas internas. Pronto fue muy querida
y hasta alguna joven universitaria se preocupó de enseñarla a leer y escribir.
Vio en Eusebia una chica tan especial que hasta guardó muchos objetos de ella como recuerdo y
después de su muerte narrará muchos hechos.
Un día en la procesión de Mª Auxiliadora sintió que la Virgen
le decía: tú serás mi hija y pasados unos años pidió prepararse para ser
Salesiana (Hija de Mª Auxiliadora). Solamente estuvo en un colegio: en Valverde
del Camino (Huelva) porque murió muy joven pero las antiguas alumnas fueron las
que pidieron que se empezara su proceso
de santidad. En el pueblo valverdeño S. Eusebia es “la santita” y continuamente
pasa la gente por su tumba, en una capilla del colegio donde fue trasladada
desde el cementerio, para rezarle y llevarle flores. “Cuando necesitéis algo
venid a mí y dad tres toques que yo os escucho” les había
dicho bromeando y eso es lo que sigue haciendo la gente del pueblo con gran
confianza en ella.
¿Qué caracterizó a S. Eusebia? Su sencillez y humildad; su alegría; su generosidad sin medir ningún sacrificio y un
modo de hablar de Dios que atraía.
Reflexiona: tú estás llamado también a ser santo/a ¿Qué te
caracteriza? Los demás ¿reciben a través
de ti el amor de Dios? Ánimo, Dios no se cansa de esperarte.
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