Lunes 22 de enero: La limosna

Otro de los pilares sobre los que se trabaja el camino de la Cuaresma es la limosna.

Para entender el significado de esto vayamos al diccionario:

La palabra griega «eleemosyne» proviene de «éleos», que quiere decir compasión y misericordia; inicialmente indicaba la actitud del hombre misericordioso y, luego, todas las obras de caridad hacia los necesitados.
La base fundamental es ayudar a otro por caridad. Pero el centrarse en la ayuda sin un fundamento de fondo puede convertir a la propia limosna en una propia excusa.

Decía San Agustín:
Si extiendes la mano para dar, pero no tienes misericordia en el corazón, no has hecho nada; en cambio, si tienes misericordia en el corazón, aun cuando no tuvieses nada que dar con tu mano, Dios acepta tu limosna
Y San Pablo en la carta a los Corintios:
Si repartiere todas mis riquezas... si no tengo amor, de nada me sirve

Y la última cita para centrar el tema, de una catequesis de Juan Paplo II:
 En este campo es muy importante cultivar la sensibilidad interior hacia las necesidades reales del prójimo, para saber en qué debemos ayudarle, cómo actuar para no herirle y cómo comportarnos para que lo que damos, lo que aportamos a su vida, sea un don auténtico...

A lo largo del curso nos planteamos varias campañas solidarias para ayudar a los demás: DOMUND, DOMISAL, campaña de Navidad... Son acciones importantes para atajar una necesidad material de gente que no tiene. Pero el trabajo de la Cuaresma va más allá de la simple ayuda, va a la transformación interior que me haga ver las necesidades del prójimo, y que así mi limosna, material o inmaterial, sea un acto real de misericorida.

El lema del mensaje de Cuaresma del Papa Francisco nos da una clave importante.

Piensa un momento:

  • ¿Eres generoso?
  • En las cosas que haces por los demás... ¿te preocupas realmente por mejorar su situación? o ¿son actos para tranquilizar tu conciencia?.



Buena Cuaresma


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