¡Buenos
días!
Esta semana empezamos el Torneo de Don Bosco. ¡Por fin!
Muchos ya lo estábamos esperando. Es la oportunidad perfecta para
divertirnos, y para compartir experiencias con nuestros compañeros.
Seguro que viviremos momentos de los que nos acordaremos y seguiremos
hablando al menos durante un año, hasta el próximo torneo.
Si te
fijas, el torneo siempre empieza durante la Cuaresma, y en realidad
tiene sentido, porque el deporte nos ofrece también la oportunidad
de sacar lo mejor de nosotros mismos, y por lo tanto de hacernos
mejores, de renovarnos.
A lo largo
de estos días, repasaremos el “Decálogo del Buen Deportista”,
que nos invita a vivir la competición desde el esfuerzo, el
compañerismo y la deportividad. Hoy, para empezar la semana, vamos a
leer la “Oración del Deportista Salesiano”, que nos da pistas
sobre cómo podemos ver algo que nos gusta tanto como el deporte,
también, con otra mirada.
ORACIÓN DEL DEPORTISTA SALESIANO
Gracias
Señor
porque me has dotado
de potencialidades deportivas
y he logrado desarrollarlas en sana competencia.
Gracias por permitirme practicar el deporte
y conocer a través de él a tantos amigos,
lo cual estimula la sana convivencia.
Padre celestial
concédeme las energías necesarias
para que mi cerebro elabore creativamente
las mejores jugadas, carreras o brazadas.
Concédeme señor
iniciar la competencia con optimismo
y tener siempre confianza en mis capacidades.
Señor haz de mí un deportista humilde;
ejemplo para mi familia,
sin menospreciar a mis contrincantes,
aunque haya obtenido
el más grande de los éxitos deportivos.
Ayúdame a conservar
como alumno de Don Bosco,
la mente sana, el cuerpo sano,
y el espíritu del buen cristiano
como honrado ciudadano.
Amén
porque me has dotado
de potencialidades deportivas
y he logrado desarrollarlas en sana competencia.
Gracias por permitirme practicar el deporte
y conocer a través de él a tantos amigos,
lo cual estimula la sana convivencia.
Padre celestial
concédeme las energías necesarias
para que mi cerebro elabore creativamente
las mejores jugadas, carreras o brazadas.
Concédeme señor
iniciar la competencia con optimismo
y tener siempre confianza en mis capacidades.
Señor haz de mí un deportista humilde;
ejemplo para mi familia,
sin menospreciar a mis contrincantes,
aunque haya obtenido
el más grande de los éxitos deportivos.
Ayúdame a conservar
como alumno de Don Bosco,
la mente sana, el cuerpo sano,
y el espíritu del buen cristiano
como honrado ciudadano.
Amén
Esperemos
que disfrutéis con este vídeo
Buenos días elaborados por la Comisión de Deportes
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