Esta semana empezamos a trabajar
el compromiso con los demás, debemos hacer hincapié en el significado de esta
palabra.
El COMPROMISO consiste en poner en juego
nuestras capacidades para sacar adelante todo aquello que se nos ha confiado y
nuestra conciencia ha aceptado.
Una persona comprometida es
aquella que cumple con sus obligaciones haciendo un poco más de lo esperado
hasta llegar al grado de sorprender, porque vive, piensa y proyecta sus
energías para sacar adelante a su familia, su trabajo, su estudio y todo
aquello que su reflexión le dicta.
Todos tenemos compromisos de
diversa índole. Aún así, hay personas que esperan que exista un contrato, una
promesa o una ineludible consecuencia para saberse en un compromiso. El verdadero
compromiso nace desde nuestro interior y tiene como fundamento el conocimiento
y la reflexión. No puede existir el compromiso desde la ignorancia.
El hecho de aceptar “formalmente”
un compromiso, hace suponer que se conocen todos los aspectos, alcances y
obligaciones que conlleva. La realidad es que creemos cumplir a conciencia por
ajustarnos a un horario, obtener un sueldo, asistir a la escuela y estar un
rato en casa. Casi siempre, la falta de compromiso se debe a descuidos un tanto
voluntarios, pero principalmente a la pereza, la comodidad, el egoísmo y la
ignorancia.
No basta con cumplir con lo
previsto, lo estipulado, lo obvio... todo compromiso tiene muchas
implicaciones, pensemos un instante en aquellos que son de los más importantes
que tenemos:
-Como amigos: ¿Nuestras amistades
son “utilitarias”?, es decir, si sólo recordamos a los amigos cuando algo se
nos ofrece. La amistad se cultiva. El mutuo afecto es estar pendiente de su
bienestar personal y familiar.
-Como ciudadanos: Evitar la
indiferencia, no podemos quejarnos de la situación actual del país o del mundo
sin hacer algo para cambiarlo. Lo peor que nos puede suceder es creer que poco
podemos hacer como si no fuéramos parte activa y necesaria del mismo. La
reflexión nos dará la solución para poder poner nuestro compromiso para mejorar
el mundo en el que vivimos.
Estos son solo unos pocos.
¡Cuántos son los compromisos con los demás y cuántas cosas implican! Si parece
mucho, hemos vivido con los ojos cerrados a la responsabilidad y pensando sólo
en recibir beneficios, con el temor a dar más de nosotros mismos, a dar más de
lo que recibimos. Seamos honestos, en esto no existe temor sino egoísmo.
La persona comprometida es
generosa, busca como dar más afecto, cariño, esfuerzo, bienestar... en otras
palabras: va más allá de lo que supone en principio el deber contraído. Es
feliz con lo que hace hasta el punto de no ver el compromiso como una carga,
sino como el medio ideal para perfeccionar su persona a través del servicio a
los demás.
¡Buena semana!
Buenos Días elaborados por 1ºA de la ESO
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