¡Buenos días!
Mañana celebramos el miércoles de
ceniza, el día con el que comienza la cuaresma, que es para los
cristianos es un período de preparación para la celebración de la
muerte y resurrección de Jesús, unos 40 días, donde hablaremos del
ayuno, la limosna y la oración, así que estad atentos.
Por otro lado, el comienzo de la
cuaresma es conocido también, por el final del carnaval, donde organizamos una
gran fiesta de disfraces en la que nos divertimos y desfogamos.
Para explicaros este enfrentamiento
entre estas dos /tradiciones/celebraciones os contaremos la historia de Don Carnal
y Doña Cuaresma y también el origen del entierro de la sardina...
Hace
mucho, mucho tiempo, en un lejano pueblo gobernaba don Carnal, el rey
del Carnaval. Todos los años, por estas fechas, aparecía disfrazado
y permitía a todo el mundo divertirse de la manera que cada uno
quisiese. Y todos, como si estuviesen embrujados, lo hacían. Unos
pasaban días y noches bailando, otros aprovechaban para disfrazarse
y cometer fechorías ocultos tras sus máscaras...Como veis, lo que
iba a ser algo divertido, acabó convirtiéndose en algo desordenado
y peligroso. Todo este jaleo no gustaba nada a Doña Cuaresma, que
era una vieja de siete piernas, poco comedora y nada amiga de tanta
fiesta. Ella siempre lo advertía: “Esto no es bueno, se
desperdicia mucha comida, las bromas son muy peligrosas, se cometen
muchos robos… Hay que parar todo esto o va a ocurrir alguna
desgracia”. Don Carnal no hacía caso alguno: “¡Bah!, eres una
vieja sosa, aburrida y envidiosa. ¡Vete a tu casa a comer tu bacalao
y deja nos divertirnos!”. En vista de que Don Carnal no le hacía
ni caso y temerosa de que algo grave ocurriese, Doña Cuaresma
decidió luchar contra el reinado de Don Carnal a su manera. Mientras
él trataba de llevarse a la gente de fiesta y les animaba a cometer
maldades, ella intentaba deshacer el embrujo, convencerles que
aquello no era bueno, había que tranquilizarse. Muchos días estuvo
Doña Cuaresma intentando que la gente lo entendiese, porque,
atraídos por tanta diversión, se dejaban llevar por Don Carnal.
Pero poco a poco, quizás cansados ya de tanta fiesta, los habitantes
del pueblo se fueron poniendo del lado de Doña Cuaresma, hasta que
no quedó nadie que siguiese a Don Carnal, que se encontró sólo y
aburrido. Cuando todos se dieron cuenta de los destrozos, la suciedad
y los robos que se habían cometido, declararon a Don Carnal culpable
de todo ello y le impusieron un castigo: sólo podría comer espinas
de pescado y espinacas durante los cuarenta días que durase el
reinado de Doña Cuaresma. Durante esos cuarenta días, como habían
desperdiciado tanta comida, tendrían que comer sopas con aceite,
agua y verduras y sólo los domingos podrían comer pescado, y es por
ello que para poner fin al reinado de Don Carnal, celebraron el
“Entierro de la sardina”, con la sardina enterraron las maldades
cometidas y comenzaron una nueva vida en la que tendrían que
recuperarse de tanta diversión, encontrándose en un periodo de
cuaresma.
Buenos Días elaborados por Ana Ibáñez, Daniel de la Cruz y Andrea Adrio (2ºBachillerato)
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