Terminamos la semana para empezar la siguiente con un lunes muy especial el lunes 31:
Escuchemos
este salmo. Mi boca contará tu salvación, Señor.
Sal
70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17
Mi boca contará tu salvación, Señor.
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre.
Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído y sálvame.
Mi boca contará tu salvación, Señor.
Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa.
Mi boca contará tu salvación, Señor.
Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.
Mi boca contará tu salvación, Señor.
Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación,
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas.
Mi boca contará tu salvación, Señor.
La vida de Don Bosco y de todos los que compartimos la vida en las casas salesianas, no podemos por menos que cantar las cosas buenas y bonitas que Dios ha puesto y pone en nuestro corazón cada día.
Decía Don Bosco, "un oratorio sin música es como un cuerpo sin alma", por eso todos los días hemos terminado con una canción, porque los salesianos y salesianas nos caracterizamos por la alegría. Terminemos con esta canción que puede ser hoy "nuestro salmo de alabanza".
No hay comentarios:
Publicar un comentario