Terminamos la semana con la palabra de Dios, que como es propio del Adviento, nos habla de esperanza, de vida, de novedad.
Lectura del
santo evangelio según san
Mateo. Mt 1, 18-24
"Cristo vino al mundo de la
siguiente manera: Estando María,
su madre, desposada con José, y
antes de que vivieran juntos,
sucedió que ella, por obra del
Espíritu Santo, estaba esperando
un hijo. José, su esposo,
que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla
en secreto.
Mientras pensaba en
estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a
María, tu esposa, porque ella ha concebido
por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el
nombre de Jesús, porque él salvará a su
pueblo de sus pecados".
Todo esto sucedió
para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen
concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán
el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.
Cuando José despertó
de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.
Ya estamos llegando al final del adviento, la semana que viene será la última semana de adviento y pronto podremos celebrar con mucha alegría que Jesús ha nacido. Es un momento mágico el
nacimiento de un niño. Todo a su
alrededor es alegría y celebración. Y cuando se trata de Jesús, más. Él
viene al mundo para llamarse Emmanuel:
Dios con nosotros. Para hacerse uno más entre nosotros.
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