Buenos días terminada esta semana en la que nos hemos sensibilizado con las realidades del mundo que están viviendo momentos de sufrimiento, de falta de paz, de medios para vivir dignamente. Pero también una semana en la que hemos descubierto que hay muchas personas que, desinteresadamente, entregan su vida por los demás y son luz para otras personas, con sus obras, con sus palabras, llevando el Evangelio con el testimonio de su vida.
La segunda lectura que escucharemos este domingo es una síntesis de todo esto.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,1-5b):
Pablo, Silvano y Tirnoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordarnos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.
Nos damos unos minutos de silencio para volver a releer esta lectura y dar gracias a Dios por la vida que nos da cada día y las personas que pone en nuestro camino.
Feliz fin de semana, no dejemos de ser misioneros de esperanza y alegría allá por donde vayamos.
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