Vamos a intentar hacernos conscientes de nuestros sentimientos sobre las personas que son distintos a nosotros. Todos somos diferentes, pero hay personas que por origen, forma de ser, contexto vital, son de una forma muy distinta a nosotros.
Es importante que respetemos el silencio para que todo el mundo pueda aprovechar este momento a su manera.
Encuentra una posición cómoda en tu asiento, con los pies apoyados suavemente en el suelo y las manos descansando en tu regazo. Si te sientes cómodo, cierra tus ojos o baja la mirada para minimizar las distracciones, si no puedes seguir leyendo el texto.
Respira profundamente, llenando tus pulmones con aire, y exhala lentamente, liberando cualquier tensión que puedas sentir. Con cada respiración, siente cómo te puedes relajar y centrar en lo que estamos haciendo. Permítete estar presente, aquí y ahora, en este momento.
Ahora, con la mente tranquila y el cuerpo relajado, vamos a reflexionar sobre la diversidad, sobre las muchas caras y voces que forman la sociedad en la que vives.
Piensa en las personas que conoces, aquellas con las que te cruzas en los pasillos, en las aulas, o fuera de la escuela. Cada una con su propia historia, sueños y desafíos. Al igual que tú, cada persona es un mundo único.
Imagina que estás en un lugar lleno de gente, observa las diferencias que hay a tu alrededor. Puede que algunos sean altos, otros bajos; algunos hablan diferentes idiomas o tienen diferentes colores de piel. Algunos pueden expresarse de maneras que te son familiares, y otros de maneras que te son nuevas y desconocidas.
Ahora, imagina que puedes ver más allá de esas diferencias externas, hasta el corazón de cada persona. Puedes ver sus esperanzas, sus alegrías, sus preocupaciones y sus miedos. Son como tus sentimientoos, aunque expresados de distintas formas.
Piensa en cómo te sientes al encontrar estas diferencias. ¿Hay curiosidad? ¿Hay aceptación? Tal vez hay inseguridad o temor; si es así, está bien. Reconoce esos sentimientos sin juzgarlos. Son parte de tu humanidad.
Dejamos un tiempo para pensar y sentir esto.
Reflexiona sobre cómo estas diferidades te enriquecen. ¿Cómo te desafían a crecer, a ser más comprensivo, más flexible? Cada persona que encuentras tiene algo que enseñarte, algo que puede ampliar tu visión del mundo.
En la diversidad hay belleza y fuerza. Es un mosaico de experiencias que, cuando se unen, crean una comunidad más vibrante y rica.
Piensa por un momento en una conclusión sobre lo que has pensado o sentido y puedes compartirla con tus compañeros o escribirla en la agenda o en un cuaderno. Que no se quede solamente en tu mente.
Feliz día diverso.
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