Esta semana de adviento que comenzó ayer, vamos a fijarnos especialmente en el SOL, que aunque parezca que no “pinta” nada aquí, tiene mucho que ver con la Navidad. Y este año en el que estamos dando suma importancia a la Luz de Jesús, hablar de nuestra estrella más brillante e importante, nos da una nueva visión de la Navidad. ¡Atento!
NATALIS SOLIS INVICTI: con este nombre, el Emperador de Roma, Aureliano (270-5) oficializaba la tradicional conmemoración del sol naciente e invencible.
Todos los años, el día 25 de Diciembre, sucedía algo muy curioso: debido a la inclinación natural del planeta, en el hemisferio norte transcurría el día más corto y, consecuentemente, la noche más prolongada del año.
El paganismo de los romanos atribuía a ese hecho el significado de ser una amenaza de los dioses, pues nota-ban, a lo largo de las estaciones, la progresiva disminución de las horas solares, hasta llegar al clímax que se daba en esa ocasión. Asustados, les ofrecían desagravios y, por medio de prolongados rituales y celebraciones, juzgaban atraer el beneplácito de los dioses, evitando así el desaparecimiento de la luz.
Con el adviento del Cristianismo, los romanos recién convertidos guardaban saudades de las fiestas realizadas por ocasión del Natalis Solis Invicti. Por esta razón, la Santa Iglesia encontró un sapiencial medio de direccionar para el bien esa arraigada tradición: conmemorar, en ese mismo día, el nacimiento del "Sol de la Justicia que trae la salvación en sus rayos" (Ml 3, 20). Y apoyada en pasajes de la Sagrada Escritura, en los cuales el Mesías es presentado como la "Luz para iluminar las naciones" (Lc 2, 32), emprendió la cristianización de esa vieja costumbre pagana.
Un antiquísimo mosaico del siglo III, encontrado en la cripta vaticana y conocido como el Mausoleo de los Lulii, conjuga grandiosamente las imágenes de Cristo y del Sol, sobre un carruaje triunfante. Con base en esto, se atribuye al Emperador Constantino, constructor de la Basílica Vaticana, ser uno de los primeros a instituir, en esa fecha, la celebración de la Navidad.
El primer calendario a cons-tatar ese hecho fue editado por un personaje conocido como Filocalos (354). Con todo, la declaración oficial de la Santa Iglesia fue profe-rida por el Papa Julio I (337-352).
Así que ahora ya sabes por-que es el día 25 de Diciem-bre cuando se celebra la Na-tividad del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario