El próximo día 1 de Noviembre
los cristianos celebramos la festividad de “Todos los Santos”. Pero hoy, día 30
es un día extraordinario para reflexionar acerca de los millones de personas
buenas que pueblan el mundo y, cuyos nombres, nunca figurarán en los anales de
la historia o en los periódicos.
Los cristianos celebramos esta
fiesta desde el siglo IV. Pero fue en el año 610 cuando el Papa Bonifacio la
hizo oficial. Con esta festividad quería tener un recuerdo “por la Virgen
María, por todos los mártires” y por todos aquellos cristianos anónimos que han
vivido de acuerdo con la fe en Jesucristo.
En nuestros días, la fuerte
influencia de los medios de comunicación, especialmente la televisión, destacan
los aspectos más problemáticos de la existencia humana y de las relaciones
entre las gentes y los pueblos: guerras, violencias, catástrofes, robos (tan de
actualidad, por cierto…).
Sin embargo son muchas las
personas que, desde un trabajo constante, contribuyen a mejorar el mundo y a
hacer de esta Tierra un lugar habitable. ¿Se os ocurre alguien? Seguro que sí,
a lo mejor ¿sois vosotros?...
De entre todos los hombres y
mujeres que poblamos la Tierra, algunos llegan a ser héroes y heroínas anónimos
por los grandes esfuerzos que realizan encaminados a mejorar las condiciones de
vida de sus semejantes.
Hoy es un buen día para
agradecer y recordar a esas personas, presentes y a aquellas que ya nos dejaron
y que no olvidamos, por su contribución silenciosa para hacer un mundo mejor.
Por todas estas personas que
partieron hacemos la siguiente oración:
Gracias, Señor
por las personas
buenas que han existido en el mundo.
Gracias por los
“santos y santas” anónimos que pasaron
haciendo el bien a los demás.
Gracias por los
padres y madres responsables,
por los científicos
que contribuyeron con su trabajo
a descubrir
necesidades positivas para todos.
Gracias por los
médicos que trataron bien a los enfermos,
por los profesores
y profesoras que enseñaron una cultura de paz y respeto.
Gracias por los
arquitectos que construyeron casas donde vivir dignamente.
Gracias por quienes
marcharon lejos para ayudar e iluminar a los que más sufrían.
Gracias por todos
los que rezan y ayudan a rezar.
Gracias por
quienes, humildemente,
te dan gracias cada
mañana por la vida.
Ayúdanos a todos a
ser “Santos y Santas.”
María Auxilio de
los cristianos: Ruega Por Nosotros.
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