Todas las ciudades quieren presentar un aspecto brillante e iluminado en Navidad. La luz es fundamental en estos días. También para nosotros el Adviento y la Navidad son momentos apropiados para compartir nuestra luz, para aportar a otros alegría, esperanza, ilusión.
Estos dos textos nos proponen compartir lo que somos y lo que tenemos. El primero es del Evangelio de Mateo, y dice así:
En aquel tiempo, Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él. Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino».
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino».
Y el segundo, del Papa Francisco, nos propone:
Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo. Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido y de vida. Más que el temor a equivocarnos, espero que nos mueva el temor a encerrarnos […] en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: «¡Dadles vosotros de comer!».
Papa Francisco, Evangelii Gaudium, 49
¿Qué luz puedo aportar en esta Navidad?
Oración:
Cristo Jesús, Maestro bueno,
Que tu presencia inunde por completo mi ser
y tu imagen se marque a fuego en mis entrañas,
para que pueda yo vivir reproduciendo tu Imagen en mí…
Quiero pensar como Tú pensabas,
hablar como Tú hablabas,
tener tus sentimientos y compartir tu amor.
Que pueda yo, como Tú, servir y no ser servido;
olvidarme de mí y ser aliento y esperanza
para mis compañeros de camino…
Que sea yo, a la luz de tu presencia,
sensible y misericordioso;
paciente, manso y humilde;
sincero y veraz.
Sé Tú: Mi Luz, mi Guía, mi Fuerza,
mi Camino, mi Vida, mi Maestro.
AMEN
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