¡Buenos días!
A
lo largo de esta semana vamos a reflexionar sobre la vida
de los jóvenes en el Oratorio de Don Bosco. Hoy, la experiencia del Oratorio de
Valdocco, sigue siendo un modelo a seguir para la vida de fe de nuestra
comunidad educativa. El Oratorio es casa que acoge, parroquia que
evangeliza, escuela que encamina hacia la vida, y patio donde encontrarse como
amigos y pasarlo bien.
La
escuela salesiana es nuestra casa o “segundo hogar”, donde los niños y jóvenes se sientan
a gusto. Donde todos cuidan las instalaciones y materiales como suyos y
consideran a los demás como amigos.
Nuestra escuela
forma parte de la Iglesia, porque nos enseña a tener “otra
mirada”, más fraterna y misericordiosa con nuestros compañeros y las personas
que carecen de lo necesario para vivir. Algunos jóvenes del oratorio: Domingo
Savio (1859), Magone (1861) y Besucco
(1864) demostraron que también los jóvenes pueden alcanzar altos grados de
perfección y santidad.
Don Bosco sostiene que es fácil llegar a ser santos, la santidad puede ser
alcanzada en cualquier estado de vida. La única condición es querer serlo. El
camino a la santidad está indicado no por virtudes excepcionales y por hechos
extraordinarios, cuanto por la fuerte voluntad y por la perseverancia en
cumplir los deberes del propio estado.
¿Tiene razón Don Bosco? ¿Qué pensáis?...
No hay comentarios:
Publicar un comentario