Hoy vamos a reflexionar sobre la espiritualidad del Oratorio de Valdocco.
El primer oratorio fue fundado por Don Bosco en Valdocco (un barrio de Turín, Italia) en 1841,
y llevó el nombre de San Francisco de Sales. Este primer Oratorio fue el precursor del carisma
educativo y apostólico salesiano, en favor de los jóvenes más necesitados. Desde este
momento inaugural, la escuela salesiana forma parte de la Iglesia, porque nos enseña a tener
“otra mirada”, más fraterna y misericordiosa con nuestros compañeros y las personas que
carecen de lo necesario para vivir.
El Oratorio es casa que acoge, parroquia que evangeliza, escuela que encamina hacia la vida, y
patio donde encontrarse como amigos y pasarlo bien. La escuela salesiana es nuestra casa o
“segundo hogar”, donde los niños y jóvenes se sientan a gusto. Donde todos cuidan las
instalaciones y materiales como suyos y consideran a los demás como amigos.
Algunos jóvenes del oratorio: Domingo Savio (1859), Magone (1861) y Besucco (1864)
demostraron que también los jóvenes pueden alcanzar altos grados de perfección y santidad.
Don Bosco sostiene que es fácil llegar a ser santos, pues la santidad puede ser alcanzada en
cualquier estado. El camino a la santidad está indicado no por virtudes excepcionales y por
hechos extraordinarios, cuanto por la perseverancia en cumplir los deberes del propio estado
con amor y deseo de convertir nuestra vida al modelo evangélico.
¿Es cierto lo que nos propone Don Bosco?
¿Cómo podemos alcanzar la alegría de la santidad en nuestra vida?
¡María Auxiliadora de los cristianos…!
Buenos Días elaborados por Ricardo Esteban.
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