En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»Mateo (23,1-12)
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: se ponen ropas llamativas y se graban vídeos haciendo lo que está de moda; les gustan que la gente les siga en Instagram y en TikTok y que le den likes a sus vídeos; que les comenten qué guay son sus histories y sus reels y que la gente los llame influencers.
Pues Jesús nos viene a decir que esto del postureo y de querer ser el más guay no es la forma de ser feliz. La auténtica felicidad está en ser el que ayuda al otro, el que construye un mundo mejor entre sus personas cercanas. El que no hace cosas llamativas, sino que desde lo pequeño hace feliz a los demás, y sin necesidad de que le digan lo guay que es: "El primero entre vosotros será vuestro servidor".
Si nos preocupamos únicamente del qué dirán de nosotros no nos daremos cuenta de todo lo que podemos hacer por ayudar a los demás, y con ello ser felices.
Dale un like a ser feliz ayudando a los demás.
Juntos le pedimos a Dios Padre que nos ayude a darnos cuenta de nuestra realidad y la de los que nos rodean. Se lo pedimos juntos rezando: Padrenuestro que estás en el cielo...
María Auxiliadora de los cristianos...
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