Lectura del santo evangelio según san Juan
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»
Hay un mensaje claro y conciso en este fragmento: amar, amar, amaos. Y no es un mandato de alguien superior, de un amo que manda a un esclavo, no.
Mirad la imagen, es el mensaje de un amigo, de alguien que nos está contando el auténtico camino de felicidad.
No te está diciendo que tengas que hacer sacrificios en el tempo, que tengas que imponerte duras normas, no. Lo que te está diciendo es que ames; que el camino de felicidad, que lo que Dios quiere de nosotros, es que amemos. Y ya está.
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