Lunes, 23 de enero de 2023. Laura Vicuña.

 

¡Buenos días chicas/os!


El 22 de enero es la celebración de  a Laura Vicuña, una joven alumna de las salesianas que está en camino de ser declarada santa, o sea, reconocida como modelo para los creyentes. Os vamos a hablar de ella. Os invitamos a escuchar este relato, que puede parecer extenso pero es muy interesante.
Laura nace el 5 de abril de 1891 en la ciudad de Santiago, República de Chile. Sus padres son Domingo Vicuña y Mercedes Pino. Se trata de un momento políticamente difícil: su padre es un perseguido político y tiene que exiliarse. Al poco tiempo de nacer su hermana, su padre muere de manera imprevista de una pulmonía aguda, y la familia queda en el más completo desamparo.
Llegan a Junín de los Andes (Argentina). Mercedes encuentra trabajo en la hacienda de Manuel Mora, un rico ganadero que vive en Quilquihué. Laura y Amanda, su hermana, son matriculadas como alumnas internas en el colegio de las salesianas.

Allí, las niñas son felices. Encuentran un ambiente pobre y sencillo, se respira un aire de especial alegría. Las hermanas viven con las alumnas el espíritu de familia propio de las casas salesianas. Laura se siente muy a gusto. Le gusta participar, comprometerse y ayudar. Se convierte en líder y eso le ayuda a la hora de proponer a sus amigas actividades e incluso a atreverse a invitar a algunas a cambiar actitudes poco sinceras, de poca responsabilidad, o a denunciar cosas que no funcionan bien.... Sabe que eso le exige a ser coherente y trabajarse. Se muestra libre y valiente. Allí se siente comprendida y acompañada por sus profesoras.

Pero todo es muy distinto cuando vuelve a casa en vacaciones. Manuel Mora, es prepotente y trata a todos como esclavos. Laura descubre que no es amable con su madre, sufre los abusos y el maltrato de este hombre, con quien es obligada a convivir a cambio del trabajo y del pago del colegio de sus hijas. Laura entiende que su madre se siente atada, no tiene dónde ir, ¿de qué vivir si abandona la estancia? Comprende que su madre no se atreve, no tiene fuerzas... Ella sueña con que su madre fuera valiente y se arriesgara a salir de allí.

Cuando Laura llega a la adolescencia, comienzan los acosos hacia ella. Mora piensa que Laura será una presa fácil, pero ella se resiste y le planta cara. Mora lo paga con su madre, a base de golpes y violaciones. Las insistencias siguen, también las negaciones de Laura. Mora termina por echar a Laura de la estancia y se niega a pagar el colegio.

Las hermanas acogen a la muchacha como alumna gratuita. La alegría de Laura es grande, pero también la tristeza de saber cómo vive su madre y de que ella no puede volver a estar a su lado.

Laura se decide a actuar. Un día, escuchando el Evangelio entiende: “No hay amor más grande que el de dar la vida por los que amamos”... Era lo que había hecho Jesús. ¿No podía hacerlo ella por su madre? Laura, le pide a Dios dar la vida, si es necesario, a cambio de que su madre recupere su dignidad y su libertad.

Nunca tuvo buena salud y las tensiones que vivían en casa la iban debilitando. En el mes de julio de 1903 (pleno invierno en Argentina) hay unas fuertes inundaciones en Junín. Durante una noche,  las hermanas y alumnas internas del colegio tienen que ser evacuadas. Laura enferma gravemente por el frío y la humedad. Tiene que dejar el colegio y su madre la lleva a un pequeño rancho, en Junín para cuidarla. Una tarde de enero, Manuel Mora se presenta allí, exigiendo pasar la noche en el lugar. Laura le pide a su madre que lo eche, pero Mercedes no se atreve... Laura entonces sale de la casa para irse a dormir al colegio. Mora la persigue y la golpea con furia… Desde ese momento, Laura ya no se recupera.

Es entonces cuando le confiesa a su madre que ha ofrecido su vida por ella. En ese momento Mercedes promete ser valiente, dejar a Mora y volver al camino de la fe. Es el 22 de enero de 1904. Y la madre cumple su promesa... Al día siguiente deja la estancia y abandona a Mora.

  • ¿Qué te ha parecido? ¿Qué es lo que más te llama la atención? ¿Por qué?
  • Piensa en las palabras que impresionaron a Laura: No hay amor más grande que el de dar la vida por los que amamos”.... Te invitamos a rezar por esas personas a las que quieres de verdad. ¿Qué eres capaza de hacer por ella?
(Dejamos un minuto para la reflexión y luego lo ponemos en común)

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