Cuando
hablamos de Proyecto de Vida entendemos:
Cómo poner en acción nuestras habilidades…
Empecemos
hoy con un texto evangélico:
“Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad en
lo alto de un monte; ni se enciende una lámpara para meterla debajo de la cama,
sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. ALUMBRE
TAMBIÉN VUESTRA LUZ A LOS HOMBRES; que vean el bien que hacéis y glorifiquen a
vuestro Padre del Cielo. (Lc. 5,14)
¡La luz con la que hemos sido
regalados es para iluminar al mundo!
Hay
muchas formas de ser luz para los demás a través de la profesión que escojamos
y a través de nuestro estado de vida. Hay
tres estados de vida:
Los sacerdotes, los consagrados y
consagradas, los seglares o laicos hoy comprometidos en diversas formas de
voluntariado.
¿Qué
es el voluntariado? Es el
conjunto de actividades desarrolladas por personas, no en virtud de una
relación laboral retribuida sino totalmente altruista, solidaria y sin ninguna
prestación económica. En
España se calculan unas cincuenta mil personas. Para ellas es un extraordinario
medio para canalizar su generosidad, tengan la edad que tengan... hay para todos.
La
lista de servicios es muy amplia, así como las organizaciones que agrupan a
voluntarios y organizan los servicios generalmente bajo el nombre de
Organizaciones No Gubernamentales. Cáritas, Médicos sin Fronteras… Muchas de
ellas adjuntas a Congregaciones Religiosas que comparten su entrega a los demás
según su carácter propio.
Lo
importante es la disponibilidad hacia el compromiso. Si se está dispuesto… el campo se encontrará
pronto.
En
la Familia Salesiana en la que ahora te
encuentras como alumno/a se te brinda pertenecer al
grupo de Salesianos D. Bosco, al de Hijas de María Auxiliadora, o bien al de
Salesianos Cooperadores; y para servir como voluntarios, múltiples ambientes como Misiones Salesianas o Madreselva, de
las Hijas de Mª Auxiliadora (Salesianas).
Como
todo en la vida tiene sus grados de entrega. Por la actualidad del tema os ofrecemos este ejemplo de
servicio solidario conjuntamente implicados sacerdotes, monjas y voluntarios
de la Orden Hospitalaria o de San Juan de Dios.
Y…si
te atreves terminamos rezando la oración del Voluntario:
Gracias, Señor, por haberme
llamado a servir gratuitamente, a dar mi tiempo, mis energías y mi amor a los
que sufren.
Aquí estoy, Señor, envíame. Dispón
mi mente y mi corazón a escuchar sin prejuicios, a servir hasta las últimas
consecuencias.
Envíame, Señor, a pesar de que soy
débil, así comprenderé que eres Tú nuestra fuerza, y mis hermanos descubrirán
tu rostro en mi presencia discreta.
Envíame, Señor, y así comprenderé
que la mayor felicidad está en servirte. Amén.
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