Conocerse es una tarea para toda la vida. En estos días nos hemos puesto sobre la pista, para darnos cuenta de que es algo importante, que tendremos que seguir haciéndolo, dedicándole tiempo...
Es importante que sepamos que no estamos solos en esta tarea. Hay alguien que nos conoce en profundidad, que sabe quién somos y qué podemos hacer en esta vida para ser felices.
Mira este vídeo, tiene mucho que ver con lo anterior...
¿Quién te puede ayudar a conocerte?
Entre esas personas que nos pueden ayudar, que nos conocen, que nos quieren... está Dios.
Vamos a terminar este momento con una sencilla oración: Dios nos conoce por dentro, sabe de qué pasta estamos hechos. Le pedimos que nos ayude a conocernos y aceptarnos mejor, con este fragmento del Salmo 138:
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
(...)
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
(...)
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