Martes, 8 de noviembre. Llamados a cuidar.







Partes del mensaje del Papa Francisco en la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación.


«Dios vio que era bueno» (Gn 1,25). La mirada de Dios, al comienzo de la Biblia, se fija suavemente en la creación. Desde la tierra para habitar hasta las aguas que alimentan la vida, desde los árboles que dan fruto hasta los animales que pueblan la casa común, todo es hermoso a los ojos de Dios, quien ofrece al hombre la creación como un precioso regalo para custodiar.


Así, el mismo ambiente ha sido puesto en peligro, algo bueno a los ojos de Dios se ha convertido en algo explotable en manos humanas.


Este es el tiempo para reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre cómo nuestra elección diaria en términos de alimentos, consumo, desplazamientos, uso del agua, de la energía y de tantos bienes materiales a menudo son imprudentes y perjudiciales. Nos estamos apoderando demasiado de la creación. ¡Elijamos cambiar, adoptar estilos de vida más sencillos y respetuosos! Es hora de abandonar la dependencia de los combustibles fósiles y emprender, de manera rápida y decisiva, transiciones hacia formas de energía limpia y economía sostenible y circular.


Este es el tiempo para emprender acciones proféticas. Muchos jóvenes están alzando la voz en todo el mundo, pidiendo decisiones valientes.


Nuestras oraciones y llamamientos tienen como objetivo principal sensibilizar a los líderes políticos y civiles. Pienso de modo particular en los gobiernos que se reunirán en los próximos meses para renovar compromisos decisivos que orienten el planeta a la vida, en vez de conducirlo a la muerte. Vienen a mi mente las palabras que Moisés proclamó al pueblo como una especie de testamento espiritual antes de entrar en la Tierra prometida: «Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia» (Dt 30,19).




Nos quedamos con las citas que nombró el Papa y otras que aparecen en la encíclica Laudato Sí que hacen referencia a la Casa Común.



«Dios vio que era bueno» (Gn 1,25)

«Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia» (Dt 30,19)

«Cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos» (Dn 3,76).

«Mirad las aves del cielo, que no siembran ni cosechan, y no tienen graneros. Pero el Padre celestial las alimenta» (Mt 6,26)

«Dios puso en la tierra medicinas y el hombre prudente no las desprecia» (Si 38,4)




Elije una de estas frases, por lo que diga o por que te haya llamado la atención. Vuelve a leerla varias veces. Cierra los ojos y pronúnciala de nuevo en tu interior.


Dios nos llama a cuidar la casa común. Que la frase que elijas te resuene cómo una llamada.


Si quieres anótala en tu agenda, en un cuaderno. 
Tú eres responsable también del cuidado.

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