¡Buenos días chicas/os!
Ayer veíamos cómo el Papa nos invitaba e indicaba que todos estamos llamados a ser santos. Y claro, seguramente ahora puedas pensar, sí, sí, ¡yo quiero ser santo!, pero… ¡¿Y cómo hago yo eso?!.
Puede parecer una cuestión muy complicada, pero no es así. Como en todas las cosas que tienen que ver con el corazón, Jesús nos lo explica de forma sencilla. Fijaos cómo nos explica qué debemos hacer para ser felices:
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: «Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron»
Realizado por: Abel P.
María Auxiliadora…
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