El CAMINO HACIA LA VIDA ( eso
que tú me das)
Se va acercando la Semana Santa. También la Cuaresma avanza poco a poco.
Todas las
celebraciones de estos días van entrenado al corazón preparándolo para el
mayor de los acontecimientos: La resurrección de Jesús.
Leamos el siguiente fragmento de
la Biblia:
Juan: 11, 32-45 La resurrección
de Lázaro.
En aquel tiempo, cuando llegó María, la hermana de Lázaro, adonde estaba Jesús, al verlo, se echó a sus pies y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”. Jesús, al verla llorar y al ver llorar a los judíos que la acompañaban, se conmovió hasta lo más hondo y preguntó:
“¿Dónde lo han puesto?”
Le contestaron: “Ven, Señor, y lo verás”.
Jesús se puso a llorar y los judíos comentaban: “De veras ¡Cuánto lo amaba!”
Algunos decían: “¿No podía éste, que abrió los ojos al
ciego de nacimiento, hacer que Lázaro no muriera?” .
Jesús, profundamente conmovido todavía, se detuvo ante el sepulcro, que era una cueva, sellada con una losa. Entonces dijo Jesús: “Quiten la losa”.
Pero Marta, la hermana del que había muerto, le replicó: “Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días”.
Le dijo
Jesús: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Entonces
quitaron la piedra.
Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo ya sabía que tú siempre me escuchas; pero lo he dicho a causa de esta muchedumbre que me rodea, para que crean que tú me has enviado”. Luego gritó con voz potente: “¡Lázaro, sal de ahí!”
Y salió el muerto, atados con vendas las manos y los pies, y la
cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: “Desátenlo, para que pueda andar”.
Después de escuchar este texto, ¿con qué impresión te quedas?, ¿Cuál crees que puede ser la enseñanza de Jesús?
Buen fin de semana.
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