Buenos días, hoy vamos a reflexionar sobre la vocación y el sentido de la vida. La palabra vocación proviene del latín vocatĭo, vocatiōnis, que significa “acción de llamar” y es la inclinación que una persona siente para dedicarse a un modo de vida, y puede estar relacionada tanto con lo profesional (trabajo, carrera) como con lo espiritual.
Visualizamos el siguiente vídeo del papa Francisco: https://youtu.be/Jgew_JIXeqA?si=3BETwcis-Rws4Zyz
La vocación pone la llamada de Dios en el centro de nuestra existencia. Dios nos llama: No sois
vosotros los que me habéis elegido, sino yo el que os he elegido a vosotros (Jn 15,16).
Dios nos apremia a la entrega de la propia vida a los demás. Nuestra vocación será verdadera
únicamente desde este criterio: ¿Estoy viviendo de tal forma que doy lo mejor de mí mismo a
los demás? ¿Vivo empleando toda mi energía en esta tarea?
Solo cuando demos lo mejor de nosotros mismos en nuestro trabajo o en una actividad, sin
esperar nada a cambio, habremos encontrado nuestra vocación.
Solo escuchando con atención podremos sentir la llamada del amor que da sentido a nuestra
existencia. Piensa en un rato de silencio:
¿Qué haría el amor en nuestra vida si le escuchásemos?
¿Qué necesitan los demás de mí, qué me piden?
¿Y Dios?
María Auxiliadora, ruega por nosotros.
Buenos días realizados por Ricardo Esteban.
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