Viernes, 14 de abril de 2023. Pascua de Resurrección.

 

 MÚSICA INSTRUMENTAL DE FONDO PARA LA LECTURA

https://www.youtube.com/watch?v=l-Z-B8TJMuQ


Evangelio (Jn 20, 19-31)

Del santo Evangelio según san Juan

Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con vosotros”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.

De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonéis, les quedarán sin perdonar”.

Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”.

Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con vosotros”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!”. Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.

Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron estos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Palabra del Señor.

Reflexión.

Como Tomás nuestra vida está llena de dudas, también nosotros necesitamos ver para salir fortalecidos... La fe, la experiencia de haberse encontrado con el Resucitado, no es nunca algo que nos deje exactamente igual que antes. La fe nos transforma, nos cambia, nos anima, nos obliga a salir de nosotros mismos y comunicar a otros lo que vivimos, nos invita a darnos a los demás.

Ahora sabemos y tenemos la certeza de que en los momentos de dificultades y de duda Jesús se hace presente para acompañarnos.

Oremos juntos y juntas:

Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.

¡Feliz Pascua a todos! ¡ALELUYA, ALELUYA!

                                                         Realizado por: Pedro A. Delgado.


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