Vamos a leer el evangelio del domingo:
Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,1-13):En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
Vamos a leer el evangelio del domingo:
Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,1-13):Lectura del evangelio del domingo. Del evangelio según san Lucas, presta atención, hay cosas que vas a alucinar.
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes.
Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
Pues vaya escenario nos plantea Jesús. Y siempre hay épocas en la historia que parece este escenario. Ahora con guerras sin resolver: Siria, Palestina, muchas de África, Ucrania... el cambio climático, la crisis energética. Pero Jesús nos da tres avisos:
-No hagáis caso de los que os vendan soluciones instantáneas, no hagáis caso del falsos profetas. (Menos Mr Beast y TikTok)
-No tengáis miedo cuando vengan cosas complicadas, cuando todo se ponga feo, confía en el Amor. En el Amor sin condiciones. Siempre podrás amar y en eso ser feliz, independientemente de cómo esté todo. (Amor de verdad, al prójimo y al enemigo, y no el de la Isla de las Tentaciones)
-Cuando hagas las cosas desde el corazón, con Amor y Dulzura, seguro que te critican y te dicen que eres un pringado. Hasta amigos y familiares te pueden criticar.
Buen fin de semana y que seáis profetas del Evangelio.
Buenos días elaborados por Pedro Alfonso García.
«Dios vio que era bueno» (Gn 1,25). La mirada de Dios, al comienzo de la Biblia, se fija suavemente en la creación. Desde la tierra para habitar hasta las aguas que alimentan la vida, desde los árboles que dan fruto hasta los animales que pueblan la casa común, todo es hermoso a los ojos de Dios, quien ofrece al hombre la creación como un precioso regalo para custodiar.
Así, el mismo ambiente ha sido puesto en peligro, algo bueno a los ojos de Dios se ha convertido en algo explotable en manos humanas.
Este es el tiempo para reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre cómo nuestra elección diaria en términos de alimentos, consumo, desplazamientos, uso del agua, de la energía y de tantos bienes materiales a menudo son imprudentes y perjudiciales. Nos estamos apoderando demasiado de la creación. ¡Elijamos cambiar, adoptar estilos de vida más sencillos y respetuosos! Es hora de abandonar la dependencia de los combustibles fósiles y emprender, de manera rápida y decisiva, transiciones hacia formas de energía limpia y economía sostenible y circular.
Este es el tiempo para emprender acciones proféticas. Muchos jóvenes están alzando la voz en todo el mundo, pidiendo decisiones valientes.
Nuestras oraciones y llamamientos tienen como objetivo principal sensibilizar a los líderes políticos y civiles. Pienso de modo particular en los gobiernos que se reunirán en los próximos meses para renovar compromisos decisivos que orienten el planeta a la vida, en vez de conducirlo a la muerte. Vienen a mi mente las palabras que Moisés proclamó al pueblo como una especie de testamento espiritual antes de entrar en la Tierra prometida: «Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia» (Dt 30,19).
«Dios vio que era bueno» (Gn 1,25)
«Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia» (Dt 30,19)
«Cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos» (Dn 3,76).
«Mirad las aves del cielo, que no siembran ni cosechan, y no tienen graneros. Pero el Padre celestial las alimenta» (Mt 6,26)
«Dios puso en la tierra medicinas y el hombre prudente no las desprecia» (Si 38,4)
Los buenos días de los viernes suelen ser la lectura del evangelio del domingo. Hoy vamos a coger una lectura que corresponde al día de hoy, 28 de mayo, y no del evangelio, sino del Antiguo Testamento, del libro del Eclesiástico. Este texto se escribió dos siglos antes de que naciera Jesús, hace 2200 años. Dice así:
Hagamos el elogio de los hombres de bien, de la serie de nuestros antepasados. Hay quienes no dejaron recuerdo, y acabaron al acabar su vida: fueron como si no hubieran sido, y lo mismo sus hijos tras ellos. No así los hombres de bien, su esperanza no se acabó; sus bienes perduran en su descendencia, su heredad pasa de hijos a nietos. Sus hijos siguen fieles a la alianza, y también sus nietos, gracias a ellos. Su recuerdo dura por siempre, su caridad no se olvidará.
Hagamos elogio de los hombres de bien... qué propósito tan maravilloso. Fijémonos en las personas que hacen el bien, que son caritativas, con esperanza. La vida de estas personas dará fruto en su descendencia. Cuando alguien hace el bien, siembra amor y el amor perdura en la gente que ha amado.
Hagamos elogio de los hombres de bien... alabemos al bueno, al dulce, al manso, al caritativo. Que el influencer sea el que hace cosas buenas, no el que se ríe del otro. Que alabemos a la persona que es ejemplo de comportamiento, que crea buen ambiente, que cuida de sus amigos y de sus enemigos. Ese creará un mundo mejor para todos. Que sea ese en el que nos fijamos. No alabemos al bromista, al que se burla, al egoísta, al que solamente piensa en su bien, en su aspecto, en su postureo.
Hagamos elogio de los hombres de bien...
Y tú, ¿de quién hablas? ¿a quién elogias? ¿en quién te fijas?.
Que la Palabra de Dios, nos ilumine y nos haga ver el mundo y la vida con profundidad.
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»Mateo (23,1-12)
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: se ponen ropas llamativas y se graban vídeos haciendo lo que está de moda; les gustan que la gente les siga en Instagram y en TikTok y que le den likes a sus vídeos; que les comenten qué guay son sus histories y sus reels y que la gente los llame influencers.
Pues Jesús nos viene a decir que esto del postureo y de querer ser el más guay no es la forma de ser feliz. La auténtica felicidad está en ser el que ayuda al otro, el que construye un mundo mejor entre sus personas cercanas. El que no hace cosas llamativas, sino que desde lo pequeño hace feliz a los demás, y sin necesidad de que le digan lo guay que es: "El primero entre vosotros será vuestro servidor".
Si nos preocupamos únicamente del qué dirán de nosotros no nos daremos cuenta de todo lo que podemos hacer por ayudar a los demás, y con ello ser felices.
Dale un like a ser feliz ayudando a los demás.
Juntos le pedimos a Dios Padre que nos ayude a darnos cuenta de nuestra realidad y la de los que nos rodean. Se lo pedimos juntos rezando: Padrenuestro que estás en el cielo...
María Auxiliadora de los cristianos...
Aunque hable todas las lenguas humanas y angélicas, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo estruendoso.
Aunque posea el don de profecía y conozca los misterios todos y la ciencia entera, aunque tenga una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque reparta todos mis bienes y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente, es amable, el amor no es envidioso ni fanfarrón, no es orgulloso ni destemplado, no busca su interés, no se irrita, no apunta las ofensas, no se alegra de la injusticia, se alegra de la verdad.
Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca acabará.
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama.» Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?»
El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado.» Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta.Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al César o no?»Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.»Le presentaron un denario. Él les preguntó: «¿De quién son esta cara y esta inscripción?»Le respondieron: «Del César.»Entonces les replicó: «Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.»Mateo (22,15-21)
“El Señor es mi pastor, nada me falta... Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan” (Sal 23).
“El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida ¿quién me hará temblar?... Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo” (Sal 27).
“No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí” (Jn 14,1).
“No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino” (Lc 12,32).
“¿Quién nos separará del amor de Cristo?, ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?; como está escrito: «Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza». Pero en todo esto vencemos de sobra gracias a aquel que nos ha amado” (Rom 8,35-37).
Levanto el corazón a ti, Señor:
Ayúdame a lanzarme, hazme valiente.
Muéveme con tu impulso a donde quieras,
Inventa los caminos de mi vida.
Sé que Tú me guiarás, y eso me basta.
Incluso con mis dudas y mis miedos,
Oyendo tu llamada, daré el salto:
No importa nada más, si vas conmigo.
Tu alegría, Señor, será mi fuerza,
Evangelio que es luz para los pobres.
Envíame a anunciar esta Noticia,
Sembrando la ternura y la esperanza
Por las mil periferias de este mundo.
En tu misión confío, porque es tuya.
Renueva esta ilusión de darme a todos,
Amándote en quien sufre, en mis hermanos
Jesús les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas".»