Viernes 16 de Noviembre - Sal de la Tierra

Buenos días,

Hoy escucharemos la palabra de Dios e intentaremos ponerla en práctica en nuestras vidas.

Evangelio según San Mateo
13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvanece, ¿con qué será salada? No sirve para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. 
Mateo 5:13-16

 El Evangelio de hoy, nos enseña en qué consiste la vocación cristiana: ser sal y luz del mundo, como
metáfora de las obras del reino de Dios, que fueron plenamente expresadas en el Sermón del monte (Mt 5,13-16). La sal no existe para sí, sino para dar sabor a la comida. La luz no existe para sí, sino para iluminar el camino. Nuestra vida no existe para sí, sino para servir a las necesidades de los demás, desde la gracia y el don de Dios pedido en oración, pues somos siervos inútiles...

El reto es costoso. El evangelio nos exige que nos convirtamos a la voluntad de Dios :  “ Esforzaos en
entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán”. Lc 13,24.
¿Qué significa esta puerta estrecha? En el Sermón de la Montaña Jesús sugiere que la entrada en el
Reino tiene ocho puertas. Son las ocho categorías de personas de las bienaventuranzas: pobres de
espíritu, mansos, afligidos, hambrientos y sedientos de justicia, misericordiosos, limpios de corazón,
constructores da paz y perseguidos por causa de la justicia (Mt 5,3-10). Solamente entran en el Reino y serán sal y luz para los demás, aquellos que pertenecen a una de estas categorías enumeradas en las
bienaventuranzas. Es, obviamente, un reto imposible para nosotros, pero no para Dios…

Para tu reflexión personal:
¿De qué manera estás siendo sal y luz para los demás?
¿Puedes solidarizarte en tu vida con las ocho categorías de personas bienaventuradas?
¿Qué idea tengo de Dios, de la vida y de la salvación?
¿He conseguido con la ayuda de Dios, y de la oración personal, pasar por la puerta estrecha, o, sigo siendo yo en solitario quien dirige mi vida?

Buenos Días elaborados por Ricardo Esteban.


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