Por
el año 1860, Don Bosco vive entregado a sus jóvenes y a la
congregación que ha fundado. Pero siente que Dios le pide más. ¿Por
qué no dar respuesta también a las necesidades de las jóvenes?
¿Cómo hacer? Don Bosco se resiste; ya tiene demasiado… Necesita
centrarse en lo que ha conseguido… Sin embargo siente que María,
la Virgen, le dice: “Cuida de ella, son mis hijas”
En
1864 va a Mornese, de excursión con sus muchachos, invitado por un
cura amigo: Domingo Pestarino. Allí conoce a María Mazzarello y a
sus amigas; que trabajan por las chicas del pueblo, educándolas en
la fe y en la costura. Con ellas contará para responder a lo que
siente que Dios le pide.
Si
nos damos cuenta, Don Bosco fue imparable. En su madurez siguió
arriesgando y dando la vida. Nunca dejó de complicarse para ayudar a
los jóvenes. Todo es muestra de una vida entregada, llena de
confianza y dispuesta a dar, como decía él: “hasta mi último
aliento será para mis pobres jóvenes”.
Buenos
días
Buenos días elaborados por Conchi Muñoz
Buenos días elaborados por Conchi Muñoz
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