Hoy
volvemos a Don Bosco. Cuando Don Bosco vio realizado su sueño de ser
sacerdote y tocado por la realidad de los jóvenes en Turín
(explotación, miseria, cárcel e incluso pena de muerte para
algunos) dedicará su vida a ser la mano amiga que ayude a los chicos
de la calle y de las fábricas.
Lo
primero que hará es fundar un oratorio, es decir, un espacio para
que los chicos tengan donde divertirse los domingos, descansar y
asistir a la misa. Le costó mucho encontrar un lugar, pues les
echaban de todos lados.
Con
mucho esfuerzo compró el cobertizo Pinardi, en Valdocco, y poco a
poco construyó una casa donde pudieran vivir los chavales y formarse
para la vida: aprender un oficio, estudiar, crecer en la fe… Se
llevó a su madre para que fuera la mamá de sus chicos y siguió
soñando.
Pero
Don Bosco se dio cuenta de que tenía que consolidar su obra. Para
atender a sus muchachos le acompañaban Mamá Margarita y algunos
sacerdotes. Pero, ¿cómo hacer para aquella obra continuara cuando
él ya no estuviera? Pensó entonces en fundar una congregación de
religiosos. ¿Con quién contar? Lo tenía claro, lo haría con sus
muchachos…
Don
Bosco les hizo a sus jóvenes una propuesta muy arriesgada. ¿Qué te
parece?
Vamos a pedir hoy para
que siga habiendo chicos y chicas valientes, que quieran ser los “Don
Boscos” de hoy. Los jóvenes seguimos necesitando a los salesianos,
salesianas, cooperadores, profesores, animadores que sigan dando su
vida por nosotros. ¿Serás tú uno de ellos?
Rezamos a María para que
nunca nos falte la generosidad. Dios te salve, María…
Buenos días elaborados por Conchi Muñoz
No hay comentarios:
Publicar un comentario