Enciende tu Esperanza en Adviento
¡Buenos días a todos!
Como ya dijimos ayer, estamos en el tiempo de Adviento, un tiempo
de espera, pero no una espera aburrida, sino una espera llena de esperanza
porque sabemos que Alguien importante está por llegar.
Pensad por un momento en tu día, en la semana que tienes por delante o
en las cosas que te preocupan: exámenes, amistades, el futuro... ¿Dónde
necesitas un poco de luz o de motivación?
La Esperanza no es solo desear que las cosas salgan bien; es la
certeza de que Dios está actuando en nuestras vidas, incluso cuando las
cosas parecen oscuras.
En Adviento, encendemos velas. Cada llama es un recordatorio de que la
oscuridad no es lo único que existe. La primera vela representa precisamente la
Esperanza.
Vamos a tomar un momento de silencio para pensar en qué áreas de nuestra
vida necesitamos que Jesús encienda Su luz de esperanza hoy.
Ahora, vamos a encender simbólicamente esa esperanza.
En lo Personal: Piensa en
algo que te esté costando o desanimando. ¿Qué te gustaría entregarle a Dios
para que Él lo llene de Su Esperanza? (Ejemplos: la ansiedad por una
situación, el desánimo, la dificultad en una relación, un mal hábito).
En lo Comunitario: Piensa en
un lugar o una persona en tu entorno (familia, amigos, el mundo) que necesite
un rayo de esperanza. ¿Por quién o por qué quieres pedir esa esperanza hoy?
El Adviento nos invita a ser parte de la espera. La mejor forma de
esperar la venida de Jesús es ser más como Él ya hoy.
Hoy, ¿cómo vas a ser un signo de esperanza para alguien? Propón un
compromiso pequeño y concreto: (Dejar 30 segundos para pensarlo)
·
Mandar un mensaje de ánimo a alguien que lo
necesita.
·
Sonreír a la primera persona que veas triste.
·
Hacer mi tarea con más esfuerzo y alegría.
Terminamos rezando juntos la oración de la Esperanza:
Dios de la
Esperanza,
te damos
gracias por este nuevo día.
Que la
llama de Adviento que encendemos hoy
nos
recuerde que Tú vienes a renovar todas las cosas.
Ayúdanos a
vivir con la fuerza de tu Espíritu
para ser una luz de esperanza en nuestro
colegio,
en nuestra
casa y en el mundo,
hasta que
nazcas de nuevo en nuestros corazones.
Amén.
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