VIERNES, 5 de diciembre. ÉL ES LA LLAVE, PRÍNCIPE DE LA PAZ

 

 Prepara tu camino


Despedimos la primera semana de adviento con el evangelio del próximo domingo:

 

Evangelio según San Mateo 3, 1-12

 

Por aquel tiempo se presentó Juan el Bautista en el desierto de Judea. En su proclamación decía: “¡Convertíos a Dios, porque el reino de los cielos está cerca!”

 Juan era aquel de quien el profeta Isaías había dicho:

“Una voz grita en al desierto:

‘¡Preparad el camino del Señor;

abridle un camino recto!’”

Juan iba vestido de ropa hecha de pelo de camello, que se sujetaba al cuerpo con un cinturón de cuero; su comida era langostas y miel del monte. Gentes de Jerusalén, de toda la región de Judea y de toda la región cercana al Jordán salían a escucharle. Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán.

Pero viendo Juan que muchos fariseos y saduceos acudían a que los bautizara, les dijo: “¡Raza de víboras!, ¿quién os ha dicho que vais a libraros del terrible castigo que se acerca? Demostrad con vuestros actos que os habéis vuelto a Dios, y no os hagáis ilusiones diciéndoos: ‘Nosotros somos descendientes de Abraham’, porque os aseguro que incluso de estas piedras puede Dios sacar descendientes a Abraham. Ya está el hacha lista para cortar de raíz los árboles. Todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo, ciertamente, os bautizo con agua para invitaros a que os convirtáis a Dios; pero el que viene después de mí os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él es más poderoso que yo, que ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Trae la pala en la mano, y limpiará el trigo y lo separará de la paja. Guardará su trigo en el granero, pero quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.”

 


Reflexión

 

Juan el Bautista no era influencer, pero movía multitudes. ¿Por qué? Porque hablaba claro: “Convertíos”. No decía “sed perfectos”, sino “cambiad de dirección”.

En Adviento, Dios no te pide que seas otro. Te pide que te prepares. Que limpies el corazón, que endereces tus caminos, que te acerques a Él. Como cuando esperas a alguien importante en casa: ordenas, decoras, te ilusionas.

 

Así es el Adviento: una espera activa, no pasiva.

Oración

Señor Jesús,

en este tiempo de Adviento quiero preparar mi camino,

como Juan el Bautista nos enseñó.

Ayúdame a limpiar mi corazón,

a dejar lo que me aleja de Ti,

y a caminar con esperanza hacia tu luz.

Que cada día sea una oportunidad para cambiar,

para amar más, para confiar más,

para esperar con fe tu llegada.

Ven, Señor Jesús,

y haz de mi vida un lugar donde puedas nacer.

Amén.

 

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