Martes 1 Diciembre - En Busca de la Felicidad

EN BUSCA DE LA FELICIDAD

REFLEXIÓN
Hace muchos siglos, Isaías (profeta del antiguo Israel), lanzó una reflexión que hoy por hoy se antoja casi imposible de conseguir: “De las espadas forjarán arados; de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra” (Isaías 2, 4). Efectivamente, no hay paz, o mejor dicho, no estamos en paz: no estamos en paz cuando nuestro país financia guerras o comercia con ellas; no estamos en paz cuando hay alguien que maltrata a otras personas… En fin, la idea de Isaías tiene varios miles de años y está sin estrenar. Pero la cosa no termina aquí, varios siglos después, esa propuesta que nos hizo Isaías fue superada por Jesús de Nazaret. Él recorrió hasta el final el camino que nos lleva, si estamos convencidos, a conseguir ese objetivo; el objetivo de cambiar este mundo. El mundo necesita de Cristo, la humanidad vive un desencanto y se encuentra en actitud de espera ¿de qué? Hay aspiraciones modernas de paz y de felicidad, de unidad, de comunidad… El adviento nos ayuda a entender mejor el corazón del hombre y sus ganas incansables de felicidad.

ORACIÓN
Hoy quiero recordar en mi oración a tu madre,
Jesús, que también es la mía.
Me gusta pensar en ella
como la mujer que supo estar a tu lado y al lado de tus amigos,
que respetó tu ritmo y apoyó tu camino,
aunque tantas veces le resultara imposible comprenderlo.
También en mi vida ella sabe estar presente, en silencio,
y su mirada tierna acaricia mis momentos de soledad y tristeza.
Hoy me quiero acercar a ella con cara de fiesta.
Y sentir que también a mí me acompaña en cada paso del camino
y en cada recodo de la vida.
¡A veces se habla de ella de una manera tan elevada!
Y yo no puedo evitar pensar
que fue la mujer que tuvo en sus brazos al Hijo de Dios,
pero también a un niño pequeño, indefenso,
que necesitaba protección, educación y ternura.
Tu madre, Jesús, como tú lo quisiste,
también es mi madre. Así lo siento.
Y hoy quiero celebrar la alegría de sentir que María me ama,
me acompaña, me cuida y derrama sobre mí toda su ternura.

Gracias.



Buenos días elaborados por Patricia Ordóñez

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