Jueves 18 de febrero: Un día sin mentiras, un día para la verdad

Buenos días
¿Te imaginas una lista sobre las verdades y mentiras que hay en el mundo? Sería interminable la tarea. Pero ¿qué lista crees que sería más larga? Lo cierto es que el camino de la verdad es más arduo y difícil que el de la mentira. Y que la verdad acarrea más enemigos que la mentira. Muchos se siguen preguntando por la verdad en el caso de los desaparecidos en la última dictadura en Argentina, la verdad en el caso 11 M, la verdad de los campos de exterminio nazi… Nosotros, los cristianos, en esta cuaresma nos preguntamos cuál es la verdad de Jesús y cuál debe ser la verdad para sus seguidores: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”; “la verdad os hará libres”.

Para el diálogo:
Analiza cómo te comportas habitualmente. ¿Eres transparente? ¿O eres más de decir la verdad a medias?

Te proponemos.
Un día sin mentiras, sin trampas. Tal vez sea ésta la propuesta más difícil de realizar. Pensamos que es suficiente con no decir mentiras, pero decir la verdad es otra cosa. Además de no decir mentiras es necesario decir la verdad, aunque sabemos que la verdad muchas veces es dolorosa, sin ánimo de herir.
Cuando vemos tantos problemas y tantas palabras engañosas en nuestra sociedad, tendemos a pensar que no podemos hacer nada para cambiar las cosas, y nos cruzamos de brazos. No hacemos nada porque pensamos en grandes acciones, olvidando las pequeñas, las insignificantes… Sólo si cambiamos nosotros, podremos cambiar algo de nuestro entorno, y quizás cambie el mundo.
Algo así dice este cuento:

CAMBIAR YO PARA QUE CAMBIE EL MUNDO
El canto del pájaro (Anthony de Mello)

El sufí Bayazid dice acerca de sí mismo: «De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: “Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo”. A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir: “Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho”.
Ahora, que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración es la siguiente: “Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo”. Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida.


Todo el mundo piensa en cambiar a la humanidad. Casi nadie piensa en cambiarse a sí mismo.
Cuaresma es tiempo de cambio… que no se nos olvide.

Hoy es el primer día de exámenes de 1º, 2º y 3º de ESO. ¡Mucha suerte a todos y ánimo que sabéis mucho, sólo os queda demostrarlo!

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