Lunes 7 de Marzo - ¡Que Tentación!

¡Buenos días! 

    Qué rápido se ha pasado el fin de semana, ¿verdad? Os animaremos diciendo que no nos queda nada para las vacaciones de Semana Santa pero… antes de eso, tenemos algunas cuentas pendientes como, por ejemplo, las recuperaciones. Decidme a caso si no es tentador estar pensando en lo bueno que nos está esperando continuamente olvidando lo importante…

Os invito a mirar con atención esta imagen.

¿Qué pensáis que nos quiere transmitir?


Algunos os habéis acercado mucho; otros, habéis dado en el clavo. Para los más despistados… hablamos de las tentaciones de Jesús en el desierto. Seguimos en Cuaresma. Con ella, recordamos los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto superando tentaciones. Pero… ¡un momento! Antes de centrarnos en este importante pasaje, vamos a hacer un pequeño análisis de la palabra “tentación” para que podamos comprender su significado y también, su uso bíblico. En el Antiguo Testamento esta palabra significaba “prueba” (procede del hebreo “nissah”) Por eso, en muchas partes de la Biblia se usa este término haciendo referencia a las pruebas que Jesús tuvo que superar a lo largo de su vida.

Entonces, ¿cuáles son las tentaciones o pruebas que vivió Jesús? Vamos a hacer un pequeño resumen de ello y a lo largo de la semana lo abordaremos con mayor detenimiento. Poned atención que empezamos a contarlo.

Mateo cuenta que después del bautismo, Jesús, (en torno a sus 30 años), pasó cuarenta días y cuarenta noches solo en el desierto. Allí estuvo preparándose para el gran trabajo que le esperaba. No comió esos días y se sintió débil y cansado. El diablo aprovechó esa debilidad para tentarlo. Esta no fue la única vez que Jesús fue tentado pero cada vez que esto sucedía reunía toda su fuerza para vencerlo, para alejarse de Él y no cometer ningún pecado siendo capaz de distanciarse del mal, de lo fácil, de lo que realmente seguro que también deseaba. Debemos tener en cuenta que todos somos tentados, es importante resaltar que la tentación no es pecado; pero es sí lo es hacer las cosas que a Dios no le agradan, que nos hacen daño a nosotros mismos o a los que nos rodean.
Cada vez que seas tentado, será una ocasión de prueba y una oportunidad de dar un paso, ya sea hacia adelante o hacia atrás. Tú podrás elegirlo. Dios desea que lo des hacia adelante pero para ello debes hacer como hizo Jesús: usar la Palabra de Dios o la oración para vencer las tentaciones. ¿Acaso no te has dado cuenta que en el Padre Nuestro dices “no nos dejes caer en la tentación”?

Terminamos con esta breve ORACIÓN que decimos todos juntos:
«Querido Jesús, quiero aprender de ti a ser obediente en todo.
Ayúdame a vencer las tentaciones del diablo. Amén.»

Buenos Días elaborados por Isabel Mota

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