¡Buenos
días!
Qué rápido se ha pasado el fin de semana, ¿verdad? Os
animaremos diciendo que no nos queda nada para las vacaciones de
Semana Santa pero… antes de eso, tenemos algunas cuentas pendientes
como, por ejemplo, las recuperaciones. Decidme a caso si no es
tentador estar pensando en lo bueno que nos está esperando
continuamente olvidando lo importante…
Os
invito a mirar con atención esta imagen.
¿Qué
pensáis que nos quiere transmitir?
Algunos
os habéis acercado mucho; otros, habéis dado en el clavo. Para los
más despistados… hablamos de las tentaciones de Jesús en el
desierto. Seguimos en Cuaresma. Con ella, recordamos los cuarenta
días que Jesús pasó en el desierto superando tentaciones. Pero…
¡un momento! Antes de centrarnos en este importante pasaje, vamos a
hacer un pequeño análisis de la palabra “tentación” para que
podamos comprender su significado y también, su uso bíblico. En el
Antiguo Testamento esta palabra significaba “prueba”
(procede del hebreo “nissah”) Por eso, en muchas partes de la
Biblia se usa este término haciendo referencia a las pruebas que
Jesús tuvo que superar a lo largo de su vida.
Entonces,
¿cuáles son las tentaciones o pruebas que vivió Jesús? Vamos a
hacer un pequeño resumen de ello y a lo largo de la semana lo
abordaremos con mayor detenimiento. Poned atención que empezamos a
contarlo.
Mateo
cuenta que después del bautismo, Jesús, (en torno a sus 30 años),
pasó cuarenta días y cuarenta noches solo en el desierto. Allí
estuvo preparándose para el gran trabajo que le esperaba. No comió
esos días y se sintió débil y cansado. El diablo aprovechó esa
debilidad para tentarlo. Esta no fue la única vez que Jesús fue
tentado pero cada vez que esto sucedía reunía toda su fuerza para
vencerlo, para alejarse de Él y no cometer ningún pecado siendo
capaz de distanciarse del mal, de lo fácil, de lo que realmente
seguro que también deseaba.
Debemos tener en cuenta que todos
somos tentados, es importante resaltar que la tentación no es
pecado; pero es sí lo es hacer las cosas que a Dios no le agradan,
que nos hacen daño a nosotros mismos o a los que nos rodean.
Cada
vez que seas tentado, será una ocasión de prueba y una oportunidad
de dar un paso, ya sea hacia adelante o hacia atrás. Tú podrás
elegirlo. Dios desea que lo des hacia adelante pero para ello debes
hacer como hizo Jesús: usar la Palabra de Dios o la oración para
vencer las tentaciones. ¿Acaso no te has dado cuenta que en el Padre
Nuestro dices “no nos dejes caer en la tentación”?
Terminamos
con esta breve ORACIÓN que decimos todos juntos:
«Querido
Jesús, quiero aprender de ti a ser obediente en todo.
Ayúdame a vencer las tentaciones del diablo. Amén.»
Ayúdame a vencer las tentaciones del diablo. Amén.»
Buenos Días elaborados por Isabel Mota
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