¡Buenos
días chicos!
Como
íbamos diciendo ayer:
En
1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín.
Todo su capital era de cuarenta céntimos, y esa fue la primera paga
que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el 9 de junio de
1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a
Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora
se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su
patrocinio. Don Bosco llegará a decir: "No existe un ladrillo
que no sea señal de alguna gracia".
Hoy,
salesianos y salesianas, fieles al espíritu de sus fundadores
y a través de las diversas obras que llevan entre manos siguen
proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la evangelización de
los pueblos el auxilio que viene de Santa María.
¡María
Auxiliadora de los cristianos!
¡Buena
fiesta mañana!
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