San Francisco de Asís vivió hace más de 800 años,
pero su mensaje sigue siendo más actual que nunca. Fue un influencer de su
tiempo, no en redes sociales, sino en el corazón de las personas.
Llamaba “hermano” al sol, al agua, a los animales…
porque veía en toda la creación el reflejo del amor de Dios. Hoy, en medio de una crisis climática global,
su ejemplo nos invita a mirar la naturaleza con respeto, gratitud y
responsabilidad.
En lugar de consumir sin pensar, San Francisco nos
enseña a vivir con sencillez. En lugar de dominar, nos invita a cuidar. ¿Y si
hoy tú fueras como él? ¿Y si tu forma de tratar el planeta fuera una forma de
rezar?
Proclamado
Patrono de la Ecología por San Juan Pablo II, San Francisco nos inspira a vivir
con sencillez, humildad y gratitud.
En su vida vemos cómo el cuidado del medio
ambiente puede ser una expresión de oración, una forma de alabar a Dios a
través del respeto por su creación.
La espiritualidad franciscana nos invita a vivir
con humildad y cercanía, reconociendo que no somos dueños del mundo, sino parte
de él. San Francisco nos enseña que el respeto por la naturaleza nace del amor
profundo por Dios y por sus criaturas. En su vida, vemos cómo la contemplación
de la belleza natural se convierte en alabanza.
Hoy, podemos
hacer nuestra esa mirada contemplativa, dejando que la creación nos hable de la
bondad divina y nos impulse a vivir con mayor sencillez y armonía

Reflexión
del día: ¿Puedes mirar hoy a tu entorno —el parque, el
cielo, los árboles, los animales— como parte de tu familia? ¿Qué gesto concreto
puedes hacer para cuidar a tus “hermanos” de la creación?
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