Jueves 16 de marzo - La samaritana

Mañana es día no lectivo, y el lunes es festivo. Así que....



(recomiendo mover un poco la página para no seguir viendo las luces que a alguno le puede dar un patatús)


Como mañana no hay clase pues vamos a leer hoy la lectura del domingo.


Lectura del santo evangelio según san Juan (4,5-42):
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber.» Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.
La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.»
La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»
La mujer le dice: «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla.»



En tiempos de Jesús la mujer estaba muy poco valorada, estaba discriminada. Jesús se acerca a la Samaritana, mujer y encima enfrentada con los judíos. Habla con ella, le dedica tiempo y la hace protagonista. Jesús la invita a un nuevo tipo de vida, a una vida plena, a conocer el agua que quita ya la sed.

Estamos todos invitados a seguir a Jesús, a conocer al que nos va a quitar las angustias, los agobios, las necesidades "superfluas". 
Porque si vivimos desde el Amor, como nos dice Jesús, todo lo accesorio ya nos sobra. 
Si vivimos desde Dios ya no hay preocupaciones mundanas y ya no tendremos de esa "sed" de poseer cosas, de aparentar, de quedar por encima del otro. 
Si bebemos del agua que dice Jesús viviremos desde el ser nosotros mismos amando a los demás.

Estás invitado, tu eliges el camino. Tu eliges cambiar tu vida, o no. Tu eliges ser feliz.

Buen puente. 

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Acepto la invitación a seguir a Jesús, a conocerle, para que me quite las angustias, los agobios, las necesidades "superfluas".
    Porque quiero vivir desde el Amor, como me dice Jesús, todo lo accesorio ya me sobra.
    Voy a vivir desde Dios sin preocupaciones mundanas y sin tener de esa "sed" de poseer cosas, de aparentar, de quedar por encima de otro hermano mío.
    Beberé del agua que dice Jesús viviendo desde el ser yo mismo amando a mis hermanos.

    Acepto la invitación, elijo este camino sin miedo y con alegría en el corazón. Elijo vivir con Dios. Elijo ser feliz.

    Buen puente.

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