Hoy vamos a dedicar los Buenos días al tema de la
meditación.
Jesús necesitaba meditar con su Padre en soledad. Discernía
cuál era su misión y recargaba las pilas para predicar el reino: sanaba e
instruía. Su vida era la presencia del amor divino atravesando la tierra,
transformándola según su proyecto.
Del mismo modo nosotros nos hacemos la misma pregunta que
Jesús: ¿Cómo actuaría el Amor en las diferentes situaciones de nuestra vida? ¿Cómo
actuaría Jesús si le dejásemos entrar en nuestra vida? (Estamos 2 minutos en
silencio, pensándolo.)
No es fácil poner a Dios en el centro de nuestra vida. La
prisa, la eficacia y la ambición son las tentaciones de nuestro tiempo.
¿Incluimos la felicidad de los demás en nuestro proyecto personal?
Veamos un vídeo.
María auxiliadora…
Buenos días elaborados por Ricardo Esteban
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