Jueves 23 de octubre. ¿Y qué más quieres que alumbrar?

Estos últimos días hemos comprobado que en nosotros hay luz, somos luz. Una luz mayor o menor, más o menos brillante, de un color o de otro…pero luz. Y la luz es para alumbrar, no para esconderla y taparla. La luz es para compartirla, para encender una antorcha, para transmitirla a otros.

Escucha este breve texto del Evangelio:

Nadie enciende una luz y la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama; la pone en un lugar elevado para que los que entran tengan luz. (Lc 8, 16).


Dicho con otras palabras, esta canción nos recuerda algo parecido:



Sólo Dios puede dar la fe...
Pero tu puedes dar tu testimonio
Sólo Dios puede dar la esperanza...
Pero tu puedes transmitirle confianza a tus hermanos
Sólo Dios puede dar amor...
Pero tu puedes enseñar a amar a los demás
Sólo Dios puede dar la paz...
Pero tu puedes promover la armonía
Sólo Dios puede dar la fuerza...
Pero tu puedes sostener al desfallecido
Sólo Dios es el camino...
Pero tu puedes mostrárselo a los demás
Sólo Dios es la luz...
Pero tu puedes alumbrarle el camino a tus semejantes
Sólo Dios es la vida...
Pero tu puedes devolverle a muchos el deseo de vivir
Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible...
Pero tu puedes hacer lo que es posible
Sólo Dios se basta a sí mismo...
Pero El prefiere contar contigo

(Fuente: www.amigos.com/blog)

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