Miércoles 22 de octubre. Lo importante es ser luz.

           Es posible que alguno de nosotros podamos pensar: ¿y yo cómo voy a ser luz? ¿qué puedo iluminar, qué puedo aportar a los demás? Tal vez nos ayude este relato:

              Una estrella recién nacida tomó entre sus manitas de luz a una luciérnaga que volaba en el espacioso jardín de la noche.

                 Eres muy pequeñita -le dijo- y tu luz es muy débil…

               La luciérnaga se detuvo sobre la hoja de un ciruelo bajando la cabeza para que su hermana estrella no supiera de su tristeza.

               Eres tan llena de luz –respondió la luciérnaga con un hilo de voz- y agregó: ...y sin embargo, hermana mía, estás tan ciega…

               (…). No importa lo grande que seas tú, y cuán pequeña parezca yo, lo que sí es importante es que ambas somos portadoras de luz.

               Tú dejas tus huellas gigantescas en el inconmensurable cielo; a mí me basta con iluminar el sendero de los pequeños insectos voladores para que en sus viajes nocturnos no sean atrapados por telarañas y otros peligros.

              Cada uno ayuda según la luz que posee, no interesa la grandeza o pequeñez del servicio.

             Lo que sí es importante es que éste sea producto de la luz que cada uno tiene en su corazón. La fuente es la misma.

("Cuentos para el alma" de Ada Albrecht)




               Piensa durante unos momentos a quién y cómo puedes iluminar. ¿Para quién puedes ser luz? ¿Para tus amigos y compañeros? ¿Para tu familia? ¿Para…? Tu luz será más grande o más pequeña, pero sin ella estaremos todos un poco más en la oscuridad…

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