Lunes 27 de octubre. KAILASH SATYARTHI (Premio Nobel de la Paz 2014)

A lo largo de esta semana, vamos a conocer la vida ejemplar de varias personas. En esta semana tan especial en la que celebramos Halloween, o Todos los Santos. Hay personas que no son santas, son ciudadanos de a pie, como nosotros, pero que sin embargo, aportan luz a su alrededor debido a la labor que hacen. Este es el caso de Kailash Satyarthi.

Kailash Satyarthi nació en Vidisha, India en 1954, premiado con el Premio Nobel de la Paz 2014 junto a la joven paquistaní Malala Yousafzai es un activista que se ha puesto en el liderazgo del movimiento para acabar con el trabajo infantil. Satyarthi es el rostro más conocido de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil que organiza manifestaciones para denunciar el trabajo en condiciones de esclavitud de los niños indios en las fábricas. La ONG ha liberado ya del trabajo forzado a unos 80.000 niños. 

La labor de este “santo” ha sido galardonada con numerosas distinciones como por ejemplo, el Galardón Internacional Alfonso Comin en 2008, el Premio Internacional de Derechos Humanos Frederic Ebert de Alemania, entre otros. La Real Academia Sueca ha considerado su activismo a favor de la educación de los menores y su condición de ciudadano indio de religión hindú para concederle el Premio Nobel. Curiosamente los dos ganadores del Premio Nobel, Malala (paquistaní de religión musulmana) y Satyarthi pertenecen a dos países que están enfrentados y han sostenido varias guerras desde la independencia de ambos estados en 1947.

Satyarthi abandonó su carrera como ingeniero eléctrico a los 26 años para luchar contra el trabajo infantil en la década de los ochenta. En 1983 fundó la ONG Bachpan Bachao Andolan (BBA, Movimiento para Salvar la Infancia) y en 1998 lideró una movilización civil que reunió a cerca de 7,2 millones de personas y que dio lugar al nacimiento de Marcha Global.

La organización trabaja en tres frentes. En primer lugar, lleva a cabo redadas en talleres y fábricas donde se usa mano de obra esclava infantil, en ocasiones sin informar a la Policía del lugar concreto para evitar que alerten a los criminales. En otras ocasiones, la ONG ayuda a pagar la deuda de los padres para que no tengan que obligar a los hijos a trabajar. Después, su organización intenta que los menores lleven una nueva vida y les forma para que a su vez se conviertan en activistas por los derechos de la infancia. Por último, Satyarthi intenta concienciar a los consumidores tanto en India como en el resto del mundo para que no consuman productos fabricados con el trabajo de menores. La etiqueta "Rugmark" certifica que las alfombras indias que se venden en el extranjero no han sido fabricadas con mano de obra infantil.

 Que su ejemplo nos recuerde que nosotros también podemos hacer algo en esta sociedad para hacerla más justa.

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